El International Bar Association’s Human Rights Institute (IBAHRI) recibió el encargo de la MNPCT de formar a sus equipos en materia de prevención de la tortura a nivel nacional. Para llevar a cabo esta tarea, IBAHRI quiso contar también con nuestro equipo.
Durante más de dos años recorrimos juntas diferentes estados de Brasil realizando formaciones sobre la aplicación del Protocolo de Estambul. Debatimos junto a fiscales y profesionales de la abogacía y la medicina sobre la urgencia de mejorar los mecanismos para identificar y denunciar la tortura. Las profesionales del sector insistían en las dificultades para documentar y denunciar efectivamente la tortura, una práctica que -señalaban- está instalada y normalizada en centros de detención, cárceles, centros de privación de libertad para jóvenes y hospitales psiquiátricos.
En medio de este proceso, la MNPCT concluyó que los protocolos forenses vigentes en aquel momento representaban un enorme obstáculo para su propósito. Era urgente actualizar las preguntas que servían para acreditar la tortura, dado que estaban basadas en una legislación penal de 1940. Especialistas locales e internacionales identificamos que existía un desconocimiento de la tortura como delito y múltiples dificultades para investigarla.