La psicóloga del Centro Sira ofreció una ponencia en el 39 Curso de Verano de Unipau, dedicada a los impactos psicosociales que generan las políticas migratorias y las condiciones de acogida
Las personas que emprenden el tránsito migratorio desde África hacia la Unión Europea sufren diversas vulneraciones de derechos humanos a lo largo del camino, lo que genera, en muchas ocasiones, un sufrimiento permanente o intratable. Así lo explicó Esther Fraile, responsable del área de trabajo psicosocial y migración del Centro Sira, durante su ponencia en el 39º Curso de Verano de Unipau, en Sant Cugat.
En su ponencia, Fraile abordó con detalle los impactos que provocan las políticas migratorias y destacó la necesidad de aplicar una mirada estructural. Según la psicóloga, es fundamental que las personas supervivientes tengan la certeza de que sus experiencias no son casos aislados, y que puedan desde aquí exigir reparación, justicia y garantías de no repetición. «Una cuestión sociopolítica no puede encubrirse como un asunto de salud mental», subrayó.
Violencias extremas y consecuencias psicológicas
Fraile desgranó las múltiples violencias extremas a las que se enfrentan las personas en movimiento a lo largo del camino, y puso énfasis en sus consecuencias psicológicas. Durante su intervención, citó algunos de las conclusiones del informe “Laberintos de Tortura”, que el Centro Sira elaboró junto al Grupo de Acción Comunitaria. El estudio destaca que un 93% de las personas entrevistadas experimentaba sentimientos de humillación e indignidad, y que casi un 84% presentaba estrés postraumático. Es decir, pesadillas, sensación constante de alerta, o pensamientos intrusivos relacionados con las violencias extremas que han vivido, entre otros.
La psicóloga también destacó que las personas que realizan el tránsito migratorio desde África a Europa pueden presentar una percepción del mundo como un entorno hostil y peligroso, a raíz de sus experiencias traumáticas. Fraile señaló que estas vivencias llevan a que muchas personas se muestren reticentes a hablar sobre su pasado. El mundo deja de ser un lugar justo y comienza a percibirse como un lugar peligroso», señaló.
Consecuencias de la externalización de fronteras
Durante su intervención, Esther Fraile también abordó los peligros asociados a la aprobación del nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo, el cual, según destacó, amenaza con perpetuar las violaciones de derechos humanos que ya se producen a lo largo del tránsito migratorio. Este pacto refuerza una lógica que prioriza el control fronterizo por encima de la protección de las personas migrantes. «La máxima expresión de esta lógica es la externalización de fronteras», afirmó Fraile.
La psicóloga destacó que estas políticas han obligado a las personas migrantes a recorrer rutas cada vez más largas, violentas y costosas, prolongando el sufrimiento no solo de quienes emprenden el viaje, sino también de sus familias. Este endurecimiento de las rutas, sumado a la mayor complejidad del tránsito, generan una presión emocional y económica sobre las familias, quienes, al verse obligadas a apoyar estos desplazamientos, experimentan sentimientos de culpa, miedo y angustia. «Cuanto más peligrosa es la ruta, más apoyo se necesita de la familia», advirtió.
A pesar de este escenario, Fraile insistió en que tanto las profesionales que trabajan en el acompañamiento a personas migrantes, como la sociedad civil, deben buscar nuevas estrategias, tanto a nivel individual como colectivo, para aliviar el sufrimiento de las personas. «El sufrimiento es muy grande y la atención es casi nula», concluyó.
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