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Por primera vez en el Estado español, una víctima de torturas cometidas durante el franquismo declara ante una fiscal especializada en memoria histórica y derechos humanos

La denuncia, presentada por Irídia junto con el apoyo de Òmnium Cultural y la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), cuenta con un informe pericial elaborado por el Centro Sira, que acredita las torturas sufridas por Blanca Serra durante su detención a manos de la policía franquista

Blanca Serra, histórica militante catalanista de 82 años, compareció este lunes 19 de mayo ante la Fiscalía de Memoria Democrática y Derechos Humanos. Su declaración supone un precedente histórico en el Estado español:  es la primera vez que una víctima de torturas durante el franquismo comparece ante una fiscal especializada en esta materia. Antes de declarar, Serra expresó ante los medios: “Hoy es un gran día para la memoria y para hacer memoria de la justicia; un día para recuperar un pasado que aún no ha terminado.”

La denuncia se acompaña de un informe pericial del Centro Sira que documenta los episodios de violencia sufridos entre 1977 y 1982. El informe identifica, entre otros impactos, síntomas de estrés postraumático, como hiperalerta, alteraciones del sueño, crisis de ansiedad o reexperimentación del trauma. También señala los impactos vitales derivados de la tortura, como la pérdida de vínculos afectivos, una sensación constante de inseguridad o el abandono de su proyecto de vida personal. A pesar de las secuelas, el peritaje, elaborado por el equipo de Sira Barcelona, destaca la capacidad de análisis, la resiliencia, la resistencia y el firme compromiso político de Serra a lo largo de los años.

Blanca Serra, en el centro, antes de entrar a los juzgados a prestar declaración. Foto: Borja Lozano (Iridia)

Torturas en Via Laietana 43 y en la Dirección General de Seguridad (DGS)

Blanca Serra fue detenida hasta en cuatro ocasiones, junto con su hermana Eva Serra, ya fallecida, con quien compartía militancia. Las detenciones tuvieron lugar en la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana (Barcelona) y en la Dirección General de Seguridad (Madrid), dos escenarios conocidos de la represión política durante el tardofranquismo y la transición.

Ambas fueron sometidas a agresiones físicas, torturas por posición, violencia psicológica y humillaciones vinculadas tanto a su género como a su identidad política. Según Serra, “es importante que la juventud conozca qué ha pasado, qué está pasando y quizás qué pasará”. Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de “visibilizar a las mujeres y la persecución de género que se vivió en aquellos espacios de represión”.

La directora de Irídia, Anaïs Franquesa, subrayó que los hechos denunciados constituyen crímenes de lesa humanidad y, por tanto, no prescriben: “Estos crímenes deben ser investigados, juzgados y condenados. No pueden quedar impunes”, afirmó. Franquesa reiteró, además, una reivindicación histórica de las organizaciones memorialistas: la reconversión de Via Laietana 43 en un centro de memoria, libre de presencia policial, gestionado por entidades defensoras de derechos humanos.

El Centro de Atención a Víctimas de Malos Tratos y Tortura Sir[a]
es una red de apoyo terapéutico, jurídico y psicosocial
especializado en contextos de violencia.

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