Asistido por Irídia, ha interpuesto una querella por un delito de tortura y lesiones, con los agravantes de racismo y prevalencia de carácter público
El joven fue agredido con una porra durante el “salto” del 2 de marzo de 2022, mientras huía de los agentes fronterizos
Djack abandonó Mali, su país de origen, huyendo de los múltiples ataques terroristas que sufría su región, que empezaron en 2012 y que continuaron hasta 2020, cuando decide salir de su país ante la percepción de inseguridad, y tras haber perdido a miembros de su familia, como consecuencia de los atentados. Al dejar Mali, intenta pedir asilo en Argelia y Marruecos, en donde sufre episodios de discriminación y persecución policial, hasta que decide intentar solicitar asilo en territorio español. El día 2 de marzo, miles de personas, entre ellas Djack, saltan la valla que separa Nador y Melilla, ante el intento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que buscan detenerles el paso.
Durante el operativo, un agente de la Guardia Civil golpea directamente a Djack en la cabeza con una porra, provocándole la perdida completa e irreversible de la visión en su ojo izquierdo. El joven, en ese entonces todavía menor de edad, es admitido en el centro para menores “La Purísima” de Melilla, en donde se le realiza una primera atención médica. Más tarde, es derivado a un hospital, en donde permanece ingresado 15 días.
El joven apenas recibe información acerca del pronóstico de su ojo. De hecho, no fue hasta su traslado a Barcelona, meses después, que fue consciente del alcance de su lesión
Durante este tiempo, el joven apenas recibe información acerca del pronóstico de su ojo. De hecho, no fue hasta su traslado a Barcelona, meses después, que fue consciente del alcance de su lesión. Actualmente, Djack sigue en tratamiento en el Hospital de Sant Pau de Barcelona y permanece en un recurso de acogida proporcionado por CEAR. Asimismo, cuenta con el acompañamiento de la Fundació Punt de Vista, para lesiones oculares, y recibe tratamiento psicológico, dado que los hechos le supusieron un grave impacto a nivel psicosocial.
Ahora, Djack ha decidido interponer una querella contra el Guardia Civil que por medio de material antidisturbios le provocó la pérdida de la visión en uno de sus ojos, así como contra su superior jerárquico en el terreno. El joven cuenta con el apoyo jurídico de Irídia – Centro por la Defensa de los Derechos Humanos, y ha sido peritado por el Centro Sir[a], basándose en el Protocolo de Estambul. La querella apunta a un delito de tortura y/o contra la integridad moral, por lo desproporcionado e injustificado de la actuación, así como por el uso de la defensa en la zona de la cara, que incumple el protocolo, y un delito de lesiones causando pérdida o inutilidad de un órgano principal. A esto, se suma el agravante de racismo, por el contexto en el que se produjo, y el de prevalencia de carácter público.
El peritaje
Desde el Centro Sir[a], aportamos al proceso un informe en donde evaluamos el impacto médico psicológico que tuvo en el denunciante la agresión. Constatamos la no reversibilidad de la lesión ocular e identificamos como secuela principal del traumatismo sufrido la imposibilidad de recuperar la visión en el ojo izquierdo. Por otro lado, hallamos un impacto postraumático y depresivo en el peritado, que dificulta gravemente su desempeño diario, así como un daño identitario derivado de la imagen de sí mismo.
Como consecuencia de la pérdida del ojo, existe una ruptura del proyecto vital de Djack, que siente desesperanza ante la posibilidad de comenzar una nueva vida. A esto, se suma un impacto identitario, que le supone una pérdida de seguridad en sí mismo, así como dificultades para relacionarse con las demás personas.
Asimismo, identificamos un sentimiento de desprotección en el joven y una falta de confianza en el sistema. Ambas secuelas responden al hecho de que fue un funcionario público quién le agredió, lo que le supone dejar de percibir Europa como un espacio de seguridad; y tienen que ver con la poca claridad e información que recibió por parte de los letrados y el personal sanitario en Melilla, respecto tanto a su futuro inmediato, como referente al estado de su lesión ocular. Esto último, genera un impacto psicológico específico en Djack, que durante meses siente la angustia de no saber si recuperará la visión. En este sentido, no es hasta su llegada a Barcelona, que es consciente de la gravedad de su lesión y que no podrá recuperar la funcionalidad de su ojo.
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