Ellas lo conocieron como Dani. Ellos, como Sergio. Pero ni Dani ni Sergio existieron jamás.
Las protagonistas de este episodio compartieron militancia, amistad e incluso casa con alguien que resultó ser un policía infiltrado.
Y no fueron las únicas. En distintos movimientos sociales del Estado, muchas creyeron estar construyendo vínculos reales – afectivos, políticos o incluso una relación de pareja-, con personas que no eran quienes decían ser.
Estas son las consecuencias de las infiltraciones policiales. Y también, las formas de resistirlas.